Al ritmo del Soul ♪

Apareció sin ropa, sin vergüenza y con su genuina sensualidad, metafóricamente hablando.

Es un desacierto no describir como se veía y encontré el mejor paralelismo: Su piel son esos acordes, sus manos el ritmo y la melodía es cada pedacito de su boca.

Estábamos tan cerca que cada sensación era la armonía perfecta,

sus movimientos me acompañaban, me tocaban, me hacían canción.

Es una pieza musical sensual porque cuando siento como vibra su voz, tiemblo, me excito. Es suave como su mirada que insinúa un baile en cámara lenta y es divertida porque se muestra, se desnuda y sonríe.

Al ritmo de la batería y un bajo protagónico, con el tiempo y la velocidad justa siento que me atraviesa, y en perfecta sincronía explotamos en un coro de tan solo dos acordes,

Terminamos el compás, estamos mojados, sudados, con ganas de más;

se compone de nuevo, se repite el sistema y suena la banda sin ensayos.

Se toca y se canta. Se improvisa, no sé ya ni en qué género estamos.

El sencillo se volvió éxito, seguro para el músico su mejor canción, para el escritor su mejor prosa o solo una anécdota exquisita para cualquier lector.

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